El pesto es una salsa italiana que se hace con hojas frescas de albahaca, ajos, piñones, queso Parmesano o Pecorino, aceite de oliva y sal.
Se puede combinar con diferentes tipos de pasta, como spaguetti, penne, tagliatelle, entre otros. Además, es una opción vegetariana y saludable para disfrutar como comida principal o como acompañamiento. La salsa pesto es originaria de la ciudad de Génova en la región de Liguria (Italia).
El nombre «pesto» viene del italiano «pestare», que significa «machacar» o «moldear». Esto se debe a que la salsa se hace tradicionalmente en un mortero de piedra, donde se machacan todos los ingredientes hasta conseguir una pasta suave.
VARIANTES:
Aunque esta es la receta tradicional, existen muchas variaciones de la salsa pesto. Muchos chefs y amantes de la cocina han experimentado con diferentes variaciones de la receta tradicional, añadiendo ingredientes como tomates secos, rúcula, espinacas o incluso aguacate.
La receta:
112 gr hojas de albahaca (300 hojas)
100 gr de ajo en polvo175 gr de avellanas sin tostar
300 gr de queso Pecorino o Parmesano
100 ml de aceite de oliva suave
1 yogur natural (125 gr)
Sal y pimienta molida al gusto
En primer lugar tienes que lavar bien la albahaca, para quitar el polvo y restos de tierra. Yo he usado albahaca Genovesa cultivada en mi propio jardín. Esta es la mas apropiada para este tipo de salsa, aun que puedes usar otras variedades que le darán un gusto muy peculiar a tu salsa "Diferentes variedades".
En un procesador de alimentos o picadora tienes que triturar muy finamente las avellanas, el ajo en polvo, la sal y la pimienta. Hasta obtener un polvo fino de avellanas.
En el siguiente paso, incorpora las hojas de albahaca fresca. Tritura junto con el polvo de avellanas en varias veces. Tendrás que ir removiendo con una cuchara para que se mezcle todo por igual.
Después, debes añadir tu yogur y el queso rallado. Tritura nuevamente hasta conseguir que se una todo. Finalmente y sin dejar de triturar, incorpora el aceite en hilo fino hasta que se integre y espese un poco tu pesto.
Una vez que tengas tu salsa de pesto preparada, puedes ponerlas en una cubitera de silicona y hacer grandes cubitos de salsa para congelar. Rellena todos los huecos que puedas.
Tras pasar 24 horas en el congelador, desmolda tus cubitos y ponlos en una bolsa de congelación con cierre hermético. Cada cubito te puede servir para 2 raciones de pasta al pesto.
Disfruta de tu salsa preparada en cualquier momento, verás que con avellanas y yogur, tu salsa al pesto tiene un carácter muy especial y gran cremosidad.
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